jueves, 26 de diciembre de 2013

"Sin luces de colores". Por Ivet Sarkis. Especial Navidad


Nochebuena.

—Son 20,80. —Cojo mi cartera mientras la dependienta empieza a envolver el regalo. Le tiendo el dinero y espero el cambio.
 —Gracias, que pase una  buena noche.
—Gracias. —Recojo la bolsa con el último regalo que me faltaba. Salgo de la tienda mientras observo las hermosas calles adornadas con preciosas luces de colores parpadeantes y adornos navideños. La gente anda por las tiendas en busca de los últimos regalos. Llego a casa derrotada, esta ha sido una semana de locos, aunque ver la cara que se les pondría a todos al ver los regalos que les había comprado me enorgullecía. Los escondo en mi habitación y me preparo para volver a salir. Llego a la gran plaza del pueblo donde me encuentro con Sarah, mi hermana pequeña e Izan, mi mejor amigo al lado del gran árbol esperando cola para poder pedir su deseo.
—¿Lleváis mucho tiempo esperando? —Les pregunto mientras observo como Sarah sujeta aquel pequeño papel.
—Justo veinte minutos antes de que llegaras. —dijo mirando el reloj y cogiéndome por la cintura dándome un beso en la mejilla.
Mi hermana se rió por lo bajo.
—Bueno, y ¿Dónde estabas? Te hemos visto antes salir de la tienda de regalos, pero no te pude saludar porque Izan me llevó corriendo para que no tuviéramos que esperar cola aquí, pero ya ves, nos ha dado igual.
Intento pensar una manera de contestarle, me agacho a su altura colocándole un mechón de pelo detrás de la oreja.
—Estaba preparando los regalos para que Santa lo tuviera todo listo.
—¿Por qué?
Izan me ayudó a contestar.
—Es que uno de sus duendes se puso enfermo y tu hermana accedió a ayudarlo. —Le respondió guiñándome un ojo.
—¿En serio has conocido a Santa Claus?  Que guay. Ya estoy deseando que llegue mañana para ver los regalos que me va a traer. ¿Le habrás dicho lo que quiero, no?
—Sí, tranquila —Sarah guarda su deseo en el bolsillo y se va —. ¿Adónde vas?
—Me voy a la atracción del tren, ya vendré cuando haya menos cola. ¿Me acompañáis? —Izan se unió a Sarah.
—Id vosotros, yo iré a dar una vuelta por aquí, dentro de un rato nos vemos. —Ellos solo asintieron y se fueron.
Ando por la plaza parándome en cada escaparate observando cada uno de los adornos que adornaban el lugar llenándolo de color. Me siento en un banco cercano observando el cielo estrellado, mirando cada una de aquellas  motas luminosas. Una de ellas bajó lentamente posándose en el suelo junto a un papelito. Me acerco y leo “Sarah”.
“Un momento, ese era el deseo de mi hermana” Pienso. “¿Acaso se le había caído de su bolsillo?”
Voy a cogerlo pero un fuerte viento se levanta llevándose el pequeño papelucho. Ando en su busca cuando veo que la pequeña mota luminosa se eleva siguiendo al papel. La sigo hasta llegar a un pequeño puente de madera que conduce al bosque.
Miro hacia atrás viendo las luces de la plaza cerca de aquí y decido seguir adelante. La oscuridad empieza a estar presente a medida que avanzo. Tan sólo puedo seguir a la débil luz que emanaba de la mota luminosa. Me paro en un claro en donde se hallaba centrado un gran abeto. Encuentro el papelito y lo sostengo mientras miro como la mota luminosa da vueltas alrededor del árbol. Segundos después, más motas se unieron a  ella adhiriéndose a las ramas como si fueran luces de Navidad.
—¡Meli! —Me doy la vuelta encontrándome con Izan —, te encontré.
—Hola, ¿qué haces aquí?
 —Se podría decir que el deseo de Sarah voló hasta aquí. —Le sonrío mientras vuelvo la vista hacia al árbol.
—Vaya, es…increíble. Ahora si que no envidio para nada a Sarah. —Me dijo situándose a mi lado.
—¿Qué quieres decir? —Lo miro sin comprender.
—Poder creer sin necesidad de ser un crío.


La mota luminosa seguía subiendo aumentando su brillo hasta llegar a lo más alto del árbol en donde se posó aumentando su tamaño como una gran estrella.
Dejé el papelito con el deseo de mi hermanita debajo del árbol pidiendo que se cumpliera lo que había pedido. Segundos después una fina nieve cayó sobre nosotros.
—Nieve. —Hacía años que no veía nevar y verlo junto con el precioso espectáculo navideño que estábamos presenciando era….mágico.
Izan  me cogió la mano y lo miré a los ojos. La nieve se arremolinó alrededor nuestro cuando nos besamos. Nuestro primer beso....Y en Nochebuena.
Sin luces de colores, tan sólo nosotros al lado de un árbol de estrellas bajo el suave manto y brillo de una magia navideña.
Las campanas de la plaza comenzaron a sonar dando las diez.
—Tenemos que irnos.
—Sí, vayamos. —Echamos la última mirada mientras volvemos a la plaza. Sarah acaba de bajarse del tren.
—Hola Sarah, ¿qué tal?
—Mal, he perdido el deseo. —Sarah empieza a buscarlo desesperada por el suelo.
—Sarah tranquila, ya he pedido tu deseo por ti. He ido a dárselo a un árbol muy especial…
—¿Y seguro que se cumplirá?
—Seguramente, bueno peque tenemos que irnos o llegaremos tarde a la cena —Inspiro profundamente antes de darme la vuelta encarando a Izan —. Bueno, ya nos veremos mañana —Le di un fuerte abrazo mientras Sarah nos miraba con aire pensativo.
Después de que Izan se fuera, me quedo observándolo hasta que lo pierdo de vista.
—¿Me he perdido algo —Salgo de mi ensimismamiento y cojo a Sarah de la mano.
—Uhmm... Puede.—Susurré mientras nos encaminábamos a casa.     




"La belleza de la magia natural es inconfundible y más si es vista en un día tan especial"



 Por Ivet Sarkis, escritora. Club literario "Vidas de Tinta y Papel".

4 comentarios:

  1. Princesa, lo siento, se me pasó :c.

    ResponderEliminar
  2. Yo en esta ocasion no he publicado nada, no he parado las ultimas semanas y los textos se me resistian, pero estoy disfrutando mucho con todos los textos del blog. Un besazo
    Lena

    ResponderEliminar
  3. No lo había leído, ¡es hermoso! Muy tierno :').

    ResponderEliminar

¿Os gustan los textos de los miembros? Pues no os cortéis.

Si eres miembro del club y hay algún texto tuyo publicado y no quieres que lo siga estando, mándame un correo a: princesasolitariabuscacastillo@gmail.com
¡Se retirará sin problemas!

Muchas gracias por comentar :)